Lecciones de fundraising al estilo Bad Bunny
Este artículo nació originalmente en mi newsletter de LinkedIn, Abundantia Chronicles, un espacio que sigue activo y lleno de ideas para recaudar con claridad, estrategia y corazón. En este blog, iré trayendo algunos de esos artículos —pero con una dosis extra de contexto, ejemplos nuevos y herramientas recién coladas— para que puedas revisarlos, compartirlos y aplicarlos desde donde estés. Piensa en esto como una segunda taza de café, pero con más cuerpo y sabor.
Lecciones de fundraising al estilo Bad Bunny
Bad Bunny no es solo un artista ni un fenómeno musical: es una clase magistral ambulante de marketing, estrategia e identidad de marca.
Su ascenso meteórico —y su impacto actual en Puerto Rico— no se deben únicamente a su talento, sino a una mezcla poderosa de autenticidad, colaboración, innovación y una conexión emocional profunda con su audiencia.
Y si creías que eso era exclusivo de la industria musical, piensa otra vez.
Hoy más que nunca, Bad Bunny está demostrando lo que significa activar comunidades, mover conversaciones y convertir cada acción en una experiencia colectiva. Convertir el Choliseo en una residencia de 30 conciertos lo pone al nivel de las grandes figuras mundiales, pero con una diferencia clave: lo hizo desde casa, en Puerto Rico, activando la economía local, el orgullo cultural y la creatividad colectiva. Con su residencia histórica, ha encendido una ola cultural sin precedentes: fiestas espontáneas en la calle, tours temáticos por San Juan, productos rebautizados como “papa cheese”, y el viralísimo “sapo concho” —una animación que apareció en su video y ahora es parte del lenguaje popular.
Desde las luces hasta las letras, todo forma parte de una estrategia que moviliza emociones y crea pertenencia.
Si estás a cargo del fundraising de una organización sin fines de lucro, aquí van algunas lecciones que podrías aplicar (y no, no necesitas cantar ni una sola nota).
Autenticidad y conexión emocional
Bad Bunny, Benito Antonio Martínez Ocasio, conquistó al público contando una historia que no fue fabricada: fue vivida. Un joven de Vega Baja que empezó grabando desde su cuarto.
Desde el principio, eligió cantar en español, mantener sus raíces, hablar como habla su gente, representar a Puerto Rico sin filtros. No construyó una imagen, reforzó su identidad.
En uno de sus momentos más virales, apareció como reportero en un noticiero puertorriqueño, pero no para promocionar un disco, sino para ser reportero por un día y hablar sobre temas sociales, ambientales y comunitarios desde su propia mirada. Lo hizo con intención, sin buscar el aplauso.
Uno de los detalles más emblemáticos de esa etapa fue el uso de las sillas Rimax. Sí, esas sillas plásticas blancas que salieron en la portada de su álbum y luego en cada esquina de la isla. Todos las reconocemos. No hay marquesina, bautismo, velorio o juego de dominó sin ellas. Esa estética tan cotidiana se volvió símbolo cultural, y más aún: símbolo emocional.
¿Cómo aplicarlo al fundraising?
Cuenta la historia de tu organización con orgullo. No vendas solo cifras o servicios: habla de tus inicios, de los retos que forjaron tu carácter institucional, de los rostros reales que le dan vida a tu causa.
Ejemplo real: Acompañé a una organización en Puerto Rico que rediseñó su campaña activa utilizando una estrategia de storytelling basada en historias reales de participantes. El resultado fue potente: duplicaron sus donativos en menos de un mes. La autenticidad conecta, y las emociones mueven.
Colaboración como herramienta de expansión
Bad Bunny no trabaja en solitario. Ha colaborado con figuras tan diversas como J Balvin, Rosalía, Young Miko, Ricky Martin y hasta Jennifer Lopez. Y no se trata de colaborar por colaborar: cada alianza es una jugada estratégica para amplificar su mensaje y cruzar audiencias.
Y ahora, con su residencia histórica en el Choliseo, se convirtió en el primer artista en hacer 30 funciones consecutivas en Puerto Rico, transformando el Coliseo con escenarios nunca antes vistos: desde las montañas del interior hasta una casa humilde que bien podría ser la de cualquiera de nosotros.
Cada show es único, con invitados diferentes y sorpresas que hacen sentir a cada audiencia como parte de algo irrepetible.
Mientras tanto, afuera del Choliseo, la calle también canta: fiestas improvisadas, microempresarios vendiendo mercancía, servicios turísticos especializados, y la fiebre cultural del momento extendiéndose a cada rincón del país.
¿Cómo aplicarlo al fundraising?
Aliarte te multiplica. Busca colaboraciones con otras organizaciones, empresas aliadas, artistas o comunicadores con visión afín. No solo para compartir recursos, sino para amplificar causas. Las colaboraciones estratégicas generan confianza, diversifican tu audiencia y muestran madurez institucional.
Y no le temas a empezar en pequeño: igual que Bad Bunny comenzó en espacios modestos antes de llenar estadios, tu causa puede ir construyendo momentum desde lo comunitario hasta lo masivo.
Nostalgia y símbolos culturales
Desde referencias al reguetón clásico hasta imágenes que evocan la niñez, la fiesta de marquesina y el video familiar en VHS, Bad Bunny entiende perfectamente el valor emocional de la nostalgia.
Y en esta nueva etapa de su residencia, nos regala momentos que cruzan generaciones. ¿Quién no se emocionó al ver a Jacobo Morales en su videoclip de “Debí tirar más fotos”? ¿O al ver que el sapo animado llamado "Concho" que apareció en pantalla y se convirtió casi en emblema nacional?
Ese nivel de conexión emocional no es casualidad: es inteligencia cultural.
¿Cómo aplicarlo al fundraising?
Recuerda que tus donantes también tienen historia. Utiliza símbolos, imágenes o referencias culturales que resuenen con ellos. Una canción, una frase, una imagen… puede abrir puertas emocionales. La nostalgia bien utilizada crea identificación profunda.
Innovación constante
Bad Bunny nunca hace lo mismo dos veces. Lo vimos borrando todo su contenido de redes sociales, lanzando pistas misteriosas, y ahora lo vemos transformando cada concierto en una experiencia inédita.
Desde merchandising exclusivo hasta invitados sorpresa y escenografías que hacen del Choliseo un universo completo, su narrativa se basa en la curiosidad.
Y ahora, con el lanzamiento de sus nuevas tennis en edición limitada, vemos otra dimensión de su estrategia: crear piezas de deseo, no solo productos. La gente no solo quiere tener algo de él, quiere ser parte de su mundo.
¿Cómo aplicarlo al fundraising?
Innova en tu forma de lanzar campañas. Juega con la expectativa. Crea contenido teaser. Lanza piezas interactivas. Sorprende a tu audiencia. Si vas a hacer eventos de recaudación que otras organizaciones realizan, ponles un sello distintivo que vaya con tu marca para que sea un agente diferenciador y te saque a parte del montón. Los donantes también agradecen que los saques del molde.
No necesitas presupuesto millonario: necesitas creatividad y coherencia.
Crear una marca 360°
Bad Bunny no es solo un cantante: es moda, narrativa, estética, comunidad. Lo vemos en sus redes, en sus tenis, en sus colaboraciones, en los mensajes que deja incluso cuando no está hablando directamente. Desde el diseño de sus tenis hasta la iluminación de sus conciertos o la voz en off de sus promociones, todo está narrado desde una misma estética emocional. Eso no se improvisa: se orquesta.
La gente no solo lo sigue, quiere pertenecer a lo que él representa.
¿Cómo aplicarlo al fundraising?
Tu organización también puede ser un espacio de pertenencia. Construye una identidad clara, consistente, alineada con tu misión. Que se note tu sello en tus redes, en tus correos, en tus eventos, en tu forma de responder un mensaje. No vendas servicios: invita a sumarse a una visión compartida.
La estrategia detrás de todo
Aunque parezca espontáneo, Bad Bunny no improvisa. Y aquí hay algo que no todo el mundo sabe: él es quien dirige su estrategia. Él dice qué quiere, cómo lo quiere, y qué no está dispuesto a hacer. El equipo ejecuta, pero la visión nace de él.
Y eso es fundamental: no se trata solo de rodearse de gente talentosa, sino de tener claridad sobre tu propósito y cómo lo comunicas.
¿Cómo aplicarlo al fundraising?
Haz tu análisis FODA (fortalezas, oportunidades, debilidades y amenazas) y lidera con intención. No dejes que la estrategia se la delegues a alguien externo que no entienda la esencia de tu organización o causa.
Tú conoces tu misión. Guíala con propósito. La creatividad solo rinde frutos cuando está alineada con una dirección clara.
En conclusión: ¿Qué podemos aprender de Bad Bunny para que tu fundraising sea un palo?
Si eres parte de una organización sin fines de lucro que siente que tiene mucho corazón pero poco alcance… esta es tu señal para pensar distinto. El mensaje ya lo tienes. Ahora es momento de contarlo, de amplificarlo, de vestirlo con intención. Así que recuerda:
Las estrategias de Benito no son solo para las tarimas. También son una fuente inagotable de inspiración para quienes trabajamos por causas sociales:
Sé auténtica. Cuenta tu historia como es. Los logros y las dificultades.
Colabora estratégicamente. No camines sola.
Conecta con símbolos que importen. La nostalgia no es debilidad: es ancla emocional.
Atrévete a innovar. Lo inesperado genera conversación.
Construye una marca con alma, no solo un logo.
Y sobre todo: ten una estrategia. Una visión clara es el mejor GPS.
Este fue un sorbo de estrategia recién colado. Este artículo es solo el primer sorbo.
¿Te quedaste con ganas de seguir explorando cómo convertir tu causa en una experiencia cultural, estratégica y poderosa?
📩 Escríbeme a info@asgforimpact.com o coordina un cafecito estratégico conmigo.
Porque el fundraising, igual que la música, no es solo técnica… es emoción, visión y ritmo.
Y si lo haces con corazón, el impacto siempre llega.